martes, 28 de septiembre de 2010

Compi de cordada


Siempre he dicho que es mucho más difícil encontrar un compi de cordada que un buen novio, o un novio a secas, sin q sea bueno jajajaja. Además, cuando lo encuentras, en este caso la encuentras, el primer día lo recuerdas como si fuera tu primera cita, en patones, yo venía lesionada de los tobillos… que raro eh?? , quedamos unos cuantos del blog y la asegure… ella se quedo enamorada de mi aseguramiento, yo de su talón!! Dios!!! Como escala esta tía!! Me dije, además, me pareció sencilla, risueña, y un poco hippi jaja, y esa fue nuestra primera vez… después hubo mil mas, quien me conoce sabe que yo y las tías chocamos mucho, soy demasiado directa y no me complico la vida, pero como ella también era así, no tardamos de encajar… sin lucha de egos, ni de grados, siendo conscientes de nuestras limitaciones y alegrándonos en lo más profundo de los éxitos de la contraria. Sencillez… a veces íbamos a escalar y no escalábamos, nos tirábamos en la colcho a hacer el idiota y a hablar de las partes del cuerpo de tal o pascual, de q a uno le falta un musculo, y a otro se podría estudiar anatomía en su espalda jajaja. “Te tienes q ligar a este… o al otro, y este no te mola??” y al final fui a su boda sola jajaja… en la q nos descubrimos en los baños, mirándonos al espejos vestidas de mujer, y echándonos a reír. Para no perder costumbre, hicimos nuestra “fusión” con vestiditos de boda, pero el dia de los 7 picos, fue un dia inolvidable, de risas, de complicidad, de palabras, de blues, de Silvio… jamás me he alegrado tanto por alguien que es feliz, aunq se fuera de mi lado al otro lado del globo, ver esa sonrisa y sentir que era realmente feliz, hizo olvidarme de todooo lo que la iba a echar de menos, pero, esto, como los buenos amantes, se recuerdan en épocas de necesidad jajaja… la eché mucho de menos en navalameca, el bloque era diferente con ella, la echare de menos en albarracin, xq tb hay historias que contar de allí, a lomos de su corcel jajaja. Y seguramente la echare de menos una y mil veces más, xq me enseño tanto, de la escalda, del disfrute, del bloque, de la vida, de ser social jeje, que hay maestros que te enseñan a asegurar, a encadenarte un 6b, a escalar en hielo, a subir 4.000… pero pocos te enseñan a vivir la escalada y el mundo que le rodea, con sencillez, con sentimiento, y con corazón….

Un besito cobetilla… nos vemos en ecuador en breve!!!! Que tengo un 6.000 pendiente!!!

lunes, 20 de septiembre de 2010

La montaña es mi reino..


Un bello paisaje no es sólo un conjunto armonioso de agua, piedras, arboles, sol y viento; para un chaval contituye ante todo un alimento.

Perderse es encontrar los propios vínculos: con uno mismo, con el suelo bajo los pies, con el sol que dicta la hora y reconforta, que nos indica la dirección y que nos da… sed, con esos relieves mas visibles, con las ventajas y los inconvenientes de las crestas y taludes. De nuestra fuerza interior brotan instintos, vigores complejos, indefinibles, espontaneos, positivos, heredados o frutos de la experiencia, que no sabíamos que estaban en nosotros.

La ascensión mas bella no merece hacer peligrar nuestra vida. De cualquier manera, la llegada a la cumbre jamás representa una victoria sobre la montaña sino sobre uno mismo.

Hemos nacido con un cuerpo, unos músculos, un corazón y un alma; está, nos ha llenado -lo queramos o no- de ardores y anhelos. Las montañas constituyen terrenos donde podemos experimentar lo mejor que la Naturaleza nos ha dado “gratuitamente”. Y es que muy en el fondo de nosotros existe el deseo, la necesidad, el placer de jugar y respirar; es decir, de correr, saltar, nadar, trepar…

Las cimas son algo más que una visión agradable de contemplar; están vivas. Con aureolas de leyendas, poseen un nombre y una historia que resuenan en nuestros corazones y en nuestra imaginación. Así, estas agujas de roca, estas nieves eternas, aparentemente estériles, indiferentes, inútiles, han llamado a los hombres, que tras responderlas en ocasiones han dado hasta la vida por ellas.

Fragmentos de “La montaña es mi reino”. Gaston Rébuffat