lunes, 18 de octubre de 2010

he vuelto a casa… he vuelto a mi…


Es curioso como a medida que volvía supuestamente a casa…. Sentía como me alejaba de lo que entiende mi alma como “casa” , escuchaba a Esther hablar de su necesidad de cobijarse en el vientre materno hoy, y yo solo podía imaginarme acurrucada entre las rocas viendo como de ellas salían unas extensiones que me abrazaban y me arropaban dándome todo ese calor que realmente tienen, y que la gente ni siquiera puede intuir. Indudablemente ha sido un viaje diferente, el primero en toda mi vida que he sido totalmente consciente de la conexión realmente increíble que tiene mi alma con la tierra, he meditado con los ojos abiertos, y sentido esas raíces imaginarias (o quizá no) que se unían a las ya existentes de los arboles, arbustos, etc. Se han despertado mis sentidos agudizándolos hasta tal punto de jugar con los insectos, sonreír a una vida que no solo pasaba delante de mi, sino me hacia participe de ella, he vuelto a casa… he vuelto a mi…y echaba tanto de menos una cosa como la otra. A veces no entiendo nada, solo siento, llevo mi vida con impulsos, como mi corazón, porque siento que la vida es ir latiendo, sentir como el corazón se escapa por la boca revoloteando dando gracias por dejarle salir a respirar. Quizá algún día este saco de huesos deje salir a mis entrañas, y no se me tenga q escapar el corazón por la boca, y sea todo mi cuerpo el que sienta, el que viva, y el que juegue fuera de esta cárcel.

Gracias, porque jamás me tratas como una hija que por una extraña razón se aleja y parece que reniega de tu sangre, gracias por dejarme ser una parte de ti tan grande aún no estando, porque te veo, porque siempre estas, y xq se, como siempre lo he sabido, que a cada sitio que vaya, estarás conmigo cuidando de mi.

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