Esta foto esta hecha en patones, en un amanecer algo intenso, en el que me di cuenta que da igual que tu mundo parezca que no gira, que no va, que se ha atascado, porque todo esto seguirá aquí, son las personas las que no se mueven, no el mundo el que se ha parado. Volví a encontrarme con una realidad aplastante, y ese mismo día, fue el comienzo de una vida totalmente diferente a la que llevaba, me canse de pasear y pase a modo escalada. Las pequeñas maravillas de patones son muchas y diversas, pero siempre que paso por la pasarela, recuerdo ese amanecer, que sentada contemplaba la vida entre unas pequeñas hojas espinosas. Quizá la foto más llena de vida que haré nunca... Sea lo que fuere, este finde volveré a mi sitio predilecto en el que se junta mi yo infantil con el yo que un día quisiera llegar a ser para volver a escalar sus impresionantes paredes, las que se dejen, que todavía no hecho migas con muchas de ellas, pero todo es camelármelas jejeje. Por favor!!!! Que salga el sol para el sábado!!!! Porfiiiii, necesito ir después de mis dos semanas de lesión...
2 comentarios:
Que hay!
Muy chulos tus post.
No hagas caso de la achinada, que te lía!!!
Jajajajajaja.
Un saludo
A veces la vida deja caer la última gota en tu vaso, y mezcla esos sabores que por si solos, no tienen la intensidad que alcanza la vida. A veces parpadeas un instante y en el moento que vuelves a tener los ojos abiertos descubres esa planta espinosa que es acariciada por el sol, a veces te paras y te das cuenta de que el aire que estas respirando te da la vida y son en esos instante en que el mundo y tu sois uno, en el que apenas unos segundos de paz, detienen el tiempo y te deja refugiarte por un momento en su belleza.
Publicar un comentario