Era yo...

Era el yo, cuyo sentido y esencia deseaba conocer. Era el yo, del que anhelaba desprenderme y al que pretendía aniquilar. Mas no podía aniquilarlo; solo lograba engañarlo, rehuirlo, esconderme de él. La verdad que nada en el mundo ha ocupado tanto mis pensamientos como ese Yo mío, este enigma que supone estar vivo y ser una persona separada de todas las otras, aislada: el hecho de ser Siddhartha. Y sin embargo, ¡nada hay en el mundo que conozca menos que a mi mismo, a Siddhartha!.

Hermann Hesse

Me he sentido tanto tiempo sintiéndome a medias, la vida a medias, yo a medias, felicidad a medias, amar a medias, necesitar a medias, y pensaba que la causa de tanto vacío era porque me he pasado más de media vida caminando sola, viviendo sola, jugando sola, queriendo sola, pero me equivocaba, mi vació no era causa de una relación, casi inexistente, con la sociedad, sino que me pasé tanto tiempo alimentando ese mundo interior que se me olvido seguir mirando al de fuera, porque la vida, bajo mi nuevo punto de vista, es algo más que mi yo personal, mi yo intimo... va más allá... y llega a mi yo infinito. La vida, fuera de mi, va más allá de las personas, de la masa, de las relaciones, la vida, mi vida, fuera de mi, pasa por los nervios de las hojas que húmedas se balancean movidas por el viento, pasa por el viento que choca violentamente en las paredes de una montaña enorme, pasa por la roca que destroza los dedos de quien la escala, pasa por el roce, la caricia, de a quien sus dedos tocan después, pasa por una mirada intensa para volver a perderse en otro ciclo de sensaciones. Las sensaciones ya no mueren en mi, sino que fluyen por mi, y eso hace que ya no me sienta a medias, me siento entera, vivo entera, y aunque es un proceso extraño, y más extraño y complicado aún es intentar explicarlo, me gusta el camino, disfruto del camino, sin más, sin intentar llegar a nada, sin intentar explorarlo, simplemente sentirlo, y que agradable es caminar así, sin saber exactamente donde llegaras, pero tener la certeza que este es el camino que andabas buscando.

Curiosa la reflexión que me vino a la cabeza ayer cuando llegue a casa después de minipateada en la pedri con tres personas realmente agradables. Me quedo con algunas buenas conversaciones con Asun perdidas en el camino, con las coñas del mañikin, que es un puntazo, y con la leche que le metí al chavo por sacarme los colores de vuelta a Madrid :-p

Ahí van las fotos... nunca había visto a la pedri así... es bonita... aunq me cale hasta los huesos...pero que bien me sentó el baño cuando llegue a casa...


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